
Cómo afecta el agua de lluvia al mantenimiento de tu piscina
Dilución de productos químicos
Uno de los principales efectos de la lluvia es la dilución de los productos químicos de la piscina. El cloro, el alguicida y los reguladores de pH pueden verse reducidos con la llegada de agua de lluvia, alterando su efectividad. Como resultado, la piscina puede volverse más propensa a la proliferación de algas y bacterias, generando agua turbia o con mal olor.
Para evitar esto, es importante medir los niveles químicos después de una lluvia intensa y ajustar las dosis de cloro y pH si es necesario. Utilizar un buen kit de análisis de agua ayudará a mantener el equilibrio adecuado y prevenir problemas antes de que aparezcan.
Cambio en el nivel del pH
El agua de lluvia suele tener un pH más bajo que el de la piscina, lo que significa que al entrar en contacto con el agua tratada puede alterar su equilibrio. Un pH demasiado bajo puede hacer que el agua se vuelva corrosiva, afectando los componentes metálicos de la piscina como escaleras, bombas y filtros.
Si el pH de la piscina baja demasiado después de una tormenta, se puede corregir con productos específicos como incrementadores de pH. Es recomendable hacer una prueba de pH tras una lluvia fuerte y ajustarlo según sea necesario para evitar daños en los equipos y molestias en la piel y ojos de los nadadores.
Acumulación de suciedad y desechos
La lluvia no llega sola, sino que suele arrastrar hojas, ramas, polvo e incluso pequeños insectos, que terminan flotando en la piscina o acumulándose en el fondo. Esta materia orgánica no solo ensucia el agua, sino que también puede alimentar el crecimiento de algas y bacterias si no se retira a tiempo.
Para evitar problemas, es recomendable retirar los residuos con una red limpia hojas y asegurarse de que el sistema de filtrado funcione correctamente. Además, después de una tormenta fuerte, se puede usar un floculante para agrupar las partículas más pequeñas y facilitar su eliminación con el limpiafondos.
Aumento del nivel del agua
Las lluvias intensas pueden provocar un aumento del nivel del agua, lo que afecta el funcionamiento del skimmer y del sistema de filtración. Un nivel de agua demasiado alto impide que el skimmer aspire correctamente la suciedad de la superficie, haciendo que más residuos queden flotando en el agua.
Si el nivel del agua ha subido demasiado, se puede drenar una parte utilizando la válvula de desagüe del filtro o con una bomba sumergible. Mantener el nivel de agua adecuado es fundamental para el buen funcionamiento de la piscina y para evitar desperdiciar productos químicos por exceso de dilución.
Formación de algas y bacterias
El agua de lluvia, combinada con la suciedad arrastrada por el viento, crea el ambiente perfecto para la proliferación de algas y bacterias. Si después de una lluvia notas que el agua comienza a volverse verde o turbia, es probable que las algas hayan comenzado a desarrollarse.
Para prevenir su crecimiento, se recomienda aplicar un tratamiento de choque con cloro y reforzar la dosis de alguicida. También es importante cepillar las paredes y el fondo de la piscina para eliminar cualquier rastro de algas adheridas a la superficie.