Mito 5: "El bicarbonato de sodio sirve para reemplazar los productos químicos de la piscina"
Algunas personas promueven el uso del bicarbonato de sodio como una alternativa más natural a los productos químicos tradicionales para equilibrar el pH y la alcalinidad del agua.
Verdad: Si bien el bicarbonato de sodio puede ayudar a ajustar la alcalinidad, no es un sustituto del cloro ni de otros productos esenciales para la desinfección. Usarlo incorrectamente puede alterar el equilibrio del agua y generar problemas.

Mito 6: "Las piscinas de agua salada no necesitan mantenimiento"
Las piscinas con sistemas de cloración salina han ganado popularidad por ser más suaves para la piel y los ojos. Sin embargo, esto ha llevado a la creencia de que no requieren mantenimiento.
Verdad: Aunque el sistema salino produce cloro de forma automática, es necesario monitorear los niveles de sal, pH y limpiar los electrodos del clorador periódicamente para garantizar su correcto funcionamiento.

Mito 7: "No es necesario aspirar la piscina si el filtro funciona bien"
El filtro es una parte fundamental en el mantenimiento de la piscina, pero no puede eliminar toda la suciedad por sí solo.
Verdad: Aspirar la piscina regularmente ayuda a remover partículas de suciedad que se acumulan en el fondo y que el sistema de filtrado no siempre puede capturar.

Mito 8: "Las piscinas se deben vaciar en invierno para evitar daños"
Muchos propietarios creen que es mejor vaciar la piscina en invierno para evitar problemas con las bajas temperaturas.
Verdad: Dejar la piscina vacía puede causar daños en el revestimiento y la estructura debido a la presión del suelo. Es preferible mantener el agua con un tratamiento adecuado y cubrir la piscina durante los meses fríos.

Mito 9: "El uso de pastillas flotantes es suficiente para todo el tratamiento químico"
Algunas personas colocan una pastilla de cloro en un flotador y asumen que eso es todo lo necesario para mantener la piscina limpia.
Verdad: Si bien las pastillas son útiles para liberar cloro de manera gradual, no reemplazan un tratamiento integral. Es importante controlar el pH, la alcalinidad y realizar un tratamiento de choque cuando sea necesario.

Mito 10: "Las lluvias limpian la piscina naturalmente"
La idea de que la lluvia ayuda a renovar el agua o eliminar contaminantes es muy común, pero incorrecta.
Verdad: El agua de lluvia puede alterar el pH, diluir el cloro y añadir contaminantes externos. Después de una lluvia fuerte, es necesario revisar los niveles químicos y realizar ajustes para mantener el equilibrio.