
Cómo cuidar la dureza del calcio, el ácido cianúrico y la filtración de tu piscina en invierno
Dureza del calcio: el equilibrio que protege tu piscina
La dureza del calcio indica la cantidad de calcio disuelto en el agua y su valor ideal se sitúa entre 200 y 400 ppm. En invierno, aunque la evaporación es menor, los cambios de temperatura y las lluvias pueden alterar estos niveles.
Si la dureza es baja, el agua se vuelve agresiva y puede corroer metales o deteriorar el revestimiento.
Si es demasiado alta, favorece la formación de sarro y manchas blancas en las paredes y el fondo.
- Consejo invernal: Antes de que comience la temporada fría, mide la dureza y corrígela. Si es baja, añade cloruro de calcio; si es alta, diluye el agua con agua fresca. Durante el invierno, haz un control cada 1 o 2 meses, especialmente después de lluvias intensas.
Ácido cianúrico: el estabilizador del cloro
El ácido cianúrico ayuda a proteger el cloro de la degradación causada por los rayos UV, algo más relevante en piscinas al aire libre. En invierno, aunque la exposición solar sea menor, mantenerlo en niveles correctos (máximo 50 ppm) evita que el cloro pierda eficacia.
- Exceso de ácido cianúrico: puede “bloquear" el cloro, reduciendo su capacidad de desinfección.
- Nivel demasiado bajo: el cloro se degrada más rápido, incluso en días fríos y nublados.
- Consejo invernal: Si usas cloro estabilizado (en tabletas), controla el nivel de ácido cianúrico cada 6-8 semanas para evitar acumulaciones. Si está alto, drena una parte del agua y reemplázala.
Filtración y circulación: clave incluso en temporada baja
El agua estancada es un caldo de cultivo para microorganismos, incluso en invierno. Por eso, aunque el uso del filtro pueda reducirse, no conviene apagarlo completamente.
- Recomendación: hacer funcionar el sistema de filtrado entre 4 y 6 horas semanales.
- Limpia canastillas y skimmers regularmente para evitar acumulación de hojas u otros restos.
- Si tu piscina está cubierta, revisa igual que no haya residuos sólidos acumulados que puedan descomponerse.
Signos de desequilibrio químico en invierno
Aunque el agua esté fría, los problemas por mala química pueden aparecer. Estar atento a ciertos signos te permitirá corregirlos antes de que empeoren:
- Ojos y piel irritados: un pH incorrecto o cloro mal ajustado pueden causar molestias incluso en los primeros baños de primavera.
- Agua turbia: puede ser resultado de filtración insuficiente o de una dureza del calcio desequilibrada.
- Sarro en las paredes: normalmente ligado a dureza y pH altos.
- Olor fuerte a cloro: indica exceso de cloraminas, que se eliminan con un tratamiento de choque.
Rutina mensual de mantenimiento químico en invierno
- Medir dureza del calcio y corregir si es necesario.
- Controlar ácido cianúrico y ajustar con recambios parciales de agua si está alto.
- Filtrar unas horas semanales para evitar estancamiento.
- Realizar una cloración de choque una vez al mes para prevenir microorganismos.
- Inspeccionar visualmente paredes, fondo y superficies para detectar depósitos o manchas.
La temporada de invierno es una oportunidad para cuidar la piscina sin el estrés del uso diario. Mantener equilibrada la dureza del calcio y el ácido cianúrico, junto con una mínima pero constante filtración, preservará la calidad del agua y evitará daños estructurales. Un mantenimiento preventivo en los meses fríos te permitirá abrir la piscina en primavera con agua limpia y lista para disfrutar.